La nueva generación del consumidor turístico

El panorama producido a lo largo del último año tanto en España, como en todo el mundo, ha destruido muchos de los estudios, teorías y previsiones respecto de los avances y las tendencias en turismo, los segmentos y las generaciones de los viajeros, de modo que las teorías que se conocían hasta el día de hoy siguen teniendo lugar, pero aún es complicado de valorar el cómo se aplican a la realidad gobernante al día de hoy.

Es decir, si cogemos, por ejemplo, las teorías sobre los consumidores turísticos pertenecientes a la generación de los millennials (Generación Y), nos sugerían que las personas nacidas en el período correspondiente se caracterizaban, entre otros, por hacer escapadas frecuentes, ser amantes de hacer los viajes a las capitales europeas y no darle tanta importancia al tipo de alojamiento donde iban a realizar su estancia. O, al igual, que la generación más joven conocida al día de hoy, la Generación Z, no tienden a recurrir a las agencias de viajes incluso para realizar los viajes a los sitios lejanos y exóticos. O bien, enfocando en el caso de una generación mayor, la Generación X, por ejemplo, que se caracterizaba por recurrir poco al mundo online para planificar, reservar o comprar los viajes, leer las opiniones y compartir las propias.

¿Serán vigentes estas características tras esta crisis económica y sanitaria que está viviendo el mundo y el sector turístico en particular? ¿Cómo serán tratadas las teorías con las que se contaba para segmentar mejor al mercado y ofrecer una experiencia óptima?

El perfil del consumidor viajero ya ha cambiado y sigue cambiando, impactado en gran parte por las circunstancias actuales del entorno, que han obligado a varias generaciones y segmentos de los turistas a reevaluar sus hábitos de consumo y compras, las formas en las que llevan a cabo el ciclo de viaje y su compra. Las tendencias actuales indican, entre otros, que habrá más consumidores de las generaciones más jóvenes que puedan confiar en la figura de un intermediario turístico para organizar su viaje de forma más segura, o los consumidores de las generaciones mayores que ya han empezado a confiar más en la tecnología a la hora de buscar la información y reservar.

Sin duda, queda un amplio abanico de otras características que no desaparecerán, ni cambiarán, sino, al contrario, ganarán más fuerza. Como, por ejemplo, la intensidad con la que usan estas dos últimas generaciones la tecnología y la confianza que les da, el interés que muestran por descubrir nuevas culturas e intentar integrarse en ellas, los espacios naturales, así como la marcada preocupación por los problemas del medio ambiente, con una marcada conciencia de los efectos que produce la utilización de ciertos materiales y productos.

Son diversas las opiniones de los expertos que apuntan a que los viajeros, en modo general, sin marcar una diferencia en función de la generación a la que pertenezcan, buscarán más seguridad, tanto económica, como sanitaria, por lo cual ahora resulta más complicado imaginar una escapada a un destino exótico poco conocido y alojarse en un lugar compartido con más gente desconocida, por ejemplo, a alguien le parecerá hasta inimaginable.

Además, según diversos puntos de vista, la figura del agente de viaje renacerá con más fuerza, como un ave fénix. Quizás justo en el ejemplo anterior, la pieza clave que falta para poder realizar un viaje de esta índole, es el agente de viaje, que sepa aportar la seguridad, dar consejos oportunos y encargarse de cualquier cuestión que ocurra antes o durante el viaje.

Como ya se ha ido insistiendo antes, lo que pueden y tienen que hacer los empresarios frente a tales cambios en los segmentos de consumo es ir adaptándose conforme vayan cambiando las circunstancias del entorno o, más bien, mejorar, reinventarse, replantear las estrategias de funcionamiento, producción y promoción. Quedando relevante de destacar, que, efectivamente, no solo se trata de adaptarse, sino de salir mejor de lo que era antes, más próspero, con más conocimiento, fundamento y planes de actuación para cualquier escenario.

Las tendencias actuales y previsibles de consumo para el año corriente, las que son comunes para todos los segmentos y generaciones, exigen que los proveedores de servicios dispongan de las medidas de seguridad, de tecnología y de cuidado del medio ambiente suficientes para cumplir con la expectativa y la necesidad del viajero. Los agentes de viaje, en particular, cuentan al día de hoy con una posibilidad única de reinventar su forma de funcionamiento y contacto con el público de tal forma que ganen la atención de las generaciones jóvenes, que no necesitaban hasta ahora ningún intermediario, tanto físico, como online, para planificar su viaje.

Las tendencias que se esperan del viajero de cara al año 2021 y que se conocen al día de hoy se resumen principalmente en las siguientes:

          Los viajes de una duración más larga, alrededor a dos semanas o más, aunque quizás menos frecuentes a lo largo de año;

          El interés por explorar los destinos locales más cercanos;

          Pasar el tiempo de vacaciones con las personas cercanas, familiares y amigos;

          Combinar la realización del viaje con el trabajo o estudios, al abrirse más posibilidades de llevar a cabo estos dos últimos de forma online;

          Buscar más seguridad a través de los estándares de calidad del establecimiento o destino;

          Buscar y valorar la presencia de las soluciones tecnológicas y digitales a lo largo de todo el ciclo de compra y viaje;

          Buscar las políticas de compras y cancelaciones más flexibles, descuentos y promociones, dándole especial importancia a la relación calidad-precio de los productos y servicios;

En definitiva, resulta complicado hacer cualquier tipo de previsión en cuanto al desarrollo y la evolución de la actividad turística y las tendencias de consumo que se enmarcan dentro de este sector. Sin embargo, sí resulta necesario ver al consumidor desde un nuevo punto de vista, creando nuevas teorías conforme se vaya abriendo la posibilidad de hacerlo. Probablemente, las generaciones de los consumidores turísticos ya no sean como antes, probablemente el sector tenga que acelerar y partir desde cero en su conocimiento del mercado y de su personalidad, probablemente, los consumidores de las características comunes con las que se encontrará el turismo, como fruto de la crisis de la pandemia, podría denominarse Generación Cero.

   

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